Este 25 de marzo, la pianista Ester Vela interpretó, en la Reial Acadèmia de Bellas Arts de Sant Jordi, una amplia cata de "música del siglo XXI que emociona", con piezas nuevas de David Llorens y Guillaumes y la sonoridad melancólica del piano híbrido.
La pianista y compositora Ester Vela lleva casi treinta años ejerciendo de música. Aparte de muchos estudios y premios, tiene el dúo pianístico Vela con su hermana Eulàlia desde 1993. Lo compagina con otras tareas, como la búsqueda y la difusión de repertorio musical de creación femenina (tiene una investigación, por ejemplo, sobre Narcisa Freixas). Este mes de abril ha estado en Cuba interpretando varios conciertos con obras de compositoras catalanas.
Sergey Gogolev, a quien conocía previamente como afinador, le propuso participar en el proyecto. Fue a practicar con el piano Acouhyb antes del concierto; el cambio de sonoridad con la pedalización diferente requería una puesta en contacto previa. Como que ya lo había escuchado anteriormente, el sonido no la sorprendió. "Recuerda un poco un piano antiguo, pero está claro que supone un reto por la mecánica del pedal izquierdo." Para ella, la palabra que definiría el sonido del piano híbrido es "melancolía".
Cómo era intención, fue un programa "atractivo para el público, que rehuía el repertorio más conocido y contenía una buena muestra de compositoras y compositores vivos." El resultado fue muy placentero. Ester interpretó a Arvö Parte, Nadia Boulanger, Zara Levina, Francesc Taverna-Bech, Mercè Torrents, Anna Bonfill, Glòria Villanueva, Marian Márquez, Jordi Vilaprinyó y Azor Piazzola, e hizo el estreno mundial de los ACOUHY Studes, de David Llorens y Guillaumes (tenemos la entrevista con él más abajo), compuestos expresamente por el doble timbre del piano híbrido.
Quedaron tres ensayos con David Llorens y Guillaumes para que él sintiera las piezas: "siempre es un privilegio poder tener el compositor para trabajar las obras. Creo que la colaboración fue muy buena." Le pregunto si tiene experiencias previas con compositores: "en el transcurso de casi 30 años de trayectoria como pianista he tenido la suerte de poder trabajar con múltiples compositores y compositoras, y cada uno me ha aportado cosas interesantes."
El concierto tenía el mismo nombre que un libro de Jane Austen: "Sense & Sensibility". Le pregunto el motivo de ello: "la verdad es que mi madre era muy fan y pensé que era un título que expresaba el concepto de concierto que yo quería comunicar."
A raíz del título, reflexiona sobre la relación entre la música y las emociones: "yo creo que la música es una de las artes que más poder tiene de tocar el alma de la gente y sin duda debe poder transmitir emociones de todo tipo (no sólo en el sentido romántico o apasionadas)." Tampoco apuesta por un único estilo musical más unido al factor afectivo: "creo que está bien que haya distintas tendencias y estilos que coexistan. Estoy en contra de unificar las expresiones artísticas ya que, en realidad, son un reflejo de la personalidad creativa."
Le pregunto por su experiencia con la música a nivel más personal: "La música llena mi vida como intérprete, compositora, pedagoga, también como oyente. Es una fuente de comunicación y un puente entre el pasado y el futuro."
Tiene esperanzas, dentro del sentido común (el mercado musical, hoy en día, no da pie a demasiadas expectativas románticas, si bien la pasión por la música nunca deja de proliferar), en el proyecto ACOUHYB: "es un proyecto relativamente nuevo que está generando curiosidad y expectación. Veremos cómo se articula su difusión y consolidación."
Está previsto que Ester Vela dé más conciertos con el piano híbrido. El siguiente será un recital de piano con Stefan Cassar (tenemos un artículo suyo más abajo) que tendrá lugar el 4 de noviembre. ¡Os esperamos allí!
Nadja Bas